Jorge Hernández Fernández: Heissler Guillent, un basquetbolista con kilometraje

Los retos son para superarse. Esta es una premisa que parece tener clara el armador vinotinto, Heissler Guillent, cuya etapa inicial data de 2006 en la Liga Venezolana de Baloncesto, en la que empezó a despuntar con los Guaros de Lara, equipo histórico que, sin duda alguna, sigue formando parte de ese hogar del que no puede desprenderse.

Sin embargo, no fue sino hasta 2008 cuando su talento explotó y firmó una campaña realmente sobresaliente, en la que disputó 47 compromisos y dejó para el lumbral de las estadísticas 12.9 pts por partido, 1.8 en rebotes y 4.3 asistencias, lo cual le valió para ser elegido novato del año.

Su primer paso por la entidad larense culminó en 2011, curso en el que su nombre pasó a formar parte del quinteto de Bucaneros de la Guaira.

Con el conjunto naranja, durante esa campaña, promedió 19.4 pts, 3.4 rebotes y 4.8 asistencias por partido en 44 careos, números suficientes para que sumara a su palmarés la distinción del Jugador Más Valioso del torneo.

Pero como dice el adagio “el buen hijo siempre vuelve a casa” y Heissler Guillent regresó en 2012 al club que lo formó. Allí donde, entre dribles y canastas, se ganó el cariño de la afición guara.

Su nombre está en la historia de la vinotinto de los tabloncillos (Guaros de Lara) y eso lo ganó en la cancha. De jugar partidas en Macarao con amigos de la infancia a ser un referente en la selección nacional, constituye un relato que probablemente no concibió tan exacto.

Vistiendo los colores del elenco nacional, puede decir que agregó a su palmarés la coronación de campeón en el FIBA Américas de 2015 y que pudo fijarse en el “quinteto ideal” del certamen, acompañado por figuras como Andrew Wiggins, Andrés Nocioni, Luis Scola y Gustavo Ayón.

Además, en el Mundial de China, que significó la mejor participación de Venezuela en una cita internacional, Guillent aportó cartel para tal hazaña del deporte nacional, gracias a sus 13 puntos por partido y 6 asistencias, para ser uno de los líderes en esos rubros del torneo.

Guillent siempre insiste en que muchas de sus cualidades como deportistas las obtuvo de la calle, por ser un muchacho humilde que practicaba sin alardes, pero con precisión. De sus dribles en Macarao aprendió el “desparpajo” y él mismo lo reconoce.

“En la calle uno asimila muchas cualidades individuales, aprende a no tener miedo, a ser arriesgado; la verdad es que se juega con mucha rivalidad, mucho uno contra uno”, expresó el basquetbolista.

Algún tiempo pasó desde aquellos primeros partidos con la selección, de ser regular en los 12 seleccionados y luego en los 5 abridores, incluso en el FIBA Américas 2015 se alzó como uno de los cinco mejores jugadores. Una fama que de seguro sabrá mantener.



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