Jorge Hernández Fernández: En busca de la gloria panamericana (I)
Todo aquel que hace vida, directa o indirectamente, dentro del baloncesto venezolano puede jactarse de ser parte de varios logros a lo largo de su historia. Desde aquel año de los “Héroes de Portland” hasta llegar a los recientes “Conquistadores de México” hay tres campeonatos sudamericanos y un oro continental, así como también unas cuantas medallas adquiridas con mucho sudor y merecimiento. Sin embargo, en el marco de los Juegos Panamericanos, el santo le ha dado la espalda a nuestro país. Nunca se ha estado cerca de un podio. Una deuda pendiente para Venezuela.
La Vinotinto de las Alturas quiere dar un golpe sobre la mesa en Lima, escenario donde se va a llevar a cabo una nueva cita del magno evento continental, en apenas unos días. Será la séptima vez que el elenco criollo dirá presente en la contienda y buscará dejar atrás el sexto lugar alcanzado en 1955 y 1991.
El director técnico, el argentino Fernando Duró quien también dirige a Guaros en la LPB, ya dejó claro que el objetivo es, sin duda, estar entre los tres integrantes del podio durante el acto de premiación. No parece tan fuera de lugar si tomamos como referencia los buenos resultados cosechados en los últimos tiempos.
La suerte ha dejado en visto a Venezuela:
La primera vez que Venezuela jugó en los Juegos Panamericanos fue en el año 1955, los cuales fueron realizados en Ciudad de México. Allí, la escuadra criolla, acabó en el sótano de la clasificación final (6ta), tras perder 72-29 contra los Estados Unidos, 72-39 versus Argentina, 86-44 ante Brasil, 93-49 cuando se enfrentó a México y 86-69 ganando a Cuba.
Tuvieron que aguardar 20 años para volver a jugar en el certamen regional. Pero la suerte no varió del todo. Los criollos quedaron octavos entre 10 representaciones, solo por delante de Islas Vírgenes y Bahamas.
Esa octava colocación se repetiría en 1983 (celebrada en Caracas) y 1987.
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